Ven Espíritu Santo, ven a mi corazón herido y atribulado. Cura las heridas íntimas que me han causado enfermedades físicas. Profundiza en mi memoria, empezando por mis primeros años, y sana las heridas que me han causado heridas emocionales y espirituales, para que nada de lo que me ha sucedido me haga permanecer en el dolor, angustiado o lleno de ansiedad.
Ayúdame a perdonar a cualquiera que haya causado estas heridas, incluido yo mismo. Hazme consciente del daño que mis heridas o acciones han causado en cualquier relación, pasada y presente. Concédeme la gracia de reconciliarme con quienes he herido.
Señor Jesús, concédeme tu perdón misericordioso. Te ofrezco mi corazón, Señor. Acéptalo y purifícalo. Llévalo a la unión con tu Corazón Divino. Hazme testigo de tu presencia viva.
Madre María, ruega por mí.
Ángel de la Guarda, guíame.
Santos Ángeles y Santos, rogad por mí.
Amén.